Como la mayoría de los grandes descubrimientos del mundo, el vino de oporto nació por accidente. Colón buscaba las Indias cuando puso pie en América, Fleming se olvidó de limpiar unas placas que dieron lugar a la penicilina. Los ingleses añadieron aguardiente al vino que transportaban en sus navíos sin tener ni la más remota idea de que estaban haciendo historia. ¡Y qué maravillosos errores!
Este vino es todo un emblema en Portugal, con cada vez más aficionados fuera de sus fronteras. Una delicia nacida para acompañarnos en esas largas sobremesas donde el vino y la buena conversación son los únicos ingredientes necesarios.
Lo primero que debes saber sobre el vinho do porto es que se trata de un tipo de vino fortificado cuya particularidad es que su proceso de fermentación es interrumpido mediante la adición de alcohol, lo que le confiere su característico dulzor.
Sin embargo, el oporto no comenzó siendo lo que es hoy. Hay registros del siglo XIV que indican que el “Tinto de Portugal” se elaboraba en lo que conocemos hoy como Vinho Verde. Así es, amigos, una zona típicamente famosa por sus blancos de baja graduación alcohólica es el lugar de nacimiento de estos generosos. Irónico, ¿verdad?
Un sabor que escapa de lo peculiar
El oporto es un vino dulce, con cuerpo y, por lo general, carece de acidez, (aunque los oportos de tonos más claros tienen una cierta acidez). Tienen aromas de frutos secos, frutos negros como ciruela, especias y madera. Es dulce y más alcohólico, por la técnica con que se hace que consiste en añadir brandy al vino durante la fermentación, interrumpiendo así el proceso de fermentado. El resultado es un vino con mayor contenido de alcohol y con sabor más dulce, debido al azúcar que no terminó de fermentarse.
¿Y cuál es tu oporto ideal? Pues veamos sus diferentes tipos:
– Tawny: Un vino tinto envejecido en barrica con sabores de caramelo, especias, avellanas y frutos secos, los oportos leonados también se clasifican en función de su añada, típicamente 10, 20, 30 y 40 años.
– Ruby: Un tinto que presenta sabores a frutos del bosque, especias y chocolate. Las cosechas son mejores cuando tienen entre 20 y 40 años, mientras que las opciones más asequibles como «reserva» están destinadas a disfrutarse antes.
– Blanco: El oporto blanco se elabora con uvas de vino blanco y exhibe sabores más brillantes como frutas de hueso, manzana, cáscara de cítricos y nueces tostadas. El oporto blanco de reserva se añeja durante al menos siete años para obtener un sabor más atrevido y a nuez.
– Vintage: Un tinto de una sola vendimia elaborado en los mejores años de producción. El oporto vintage a veces se considera uno de los mejores oportos y se envejece en barrica de dos a cuatro años antes de la crianza en botella.
– Rosé: Un oporto elaborado con uvas de vino tinto con sabores de frutos rojos, se endulza con arándano y azúcar morena.
El acompañante también es esencial
Recuerda que el mismo vino solo puede funcionar como el postre, pero si eres de los nuestros, querrás emparejarlo con algo más. Esas opciones variarán según el tipo de oporto. El Tawny combina bien con quesos suaves como el brie y con postres como tarta de nueces, tarta de queso o chocolate con leche. Los ricos sabores de bayas y chocolate del Ruby combinan bien con los mismos tipos de postres: trufas de chocolate negro, frambuesas frescas, pastel.


