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¿Cómo conservar tus vinos?
[/vc_column_text][vc_column_text]El vino es un producto perecedero, algunos lo definen como “ser vivo”, y por tanto tiene un periodo de vida, el cual puede ser mayor o menor en función de los cuidados que le demos y del tipo de vino a conservar.
Lo “ideal” para la conservación sería utilizar una vinoteca o espacio/habitación climatizado, pero no siempre se puede tener acceso a esto. A continuación, vamos a darte consejos para la conservación del vino en nuestro hogar.
El vino no necesita unos cuidados excesivos, pero si hay algunos puntos imprescindibles para una buena conservación. Tenlo en cuenta para alargar la vida y consumir el vino en condiciones óptimas.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/3″][/vc_column][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]
Posición de las botellas, ruidos y vibraciones
[/vc_column_text][vc_column_text]Las botellas deben estar en posición horizontal para que el vino esté en contacto con el corcho y que este no se seque, así no perderá su elasticidad y hermetismo lo que evita que entre aire en la botella.
Si utilizas botelleros para conservar tus vinos, los mejores son los de madera o que estén construidos con materiales que no conduzcan el calor
Es recomendable no mover las botellas de vino una vez almacenadas y que no sufran vibraciones para que reposen adecuadamente, esto evitará la “fatiga del vino” (cambios organolépticos).[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/3″][/vc_column][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]
Temperatura entre 11ºC y 18ºC
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Entre 11º y 18º durante todo el año, sea invierno o verano, es el mejor punto de temperatura para garantizar la estabilidad térmica de un vino. Si hay que pecar, mejor que sea, si cabe de baja temperatura. Un excesivo calor, en definitiva proporcionaría una evolución más rápida del vino, alterando sus condiciones organolépticas.
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Humedad del ambiente 70%
[/vc_column_text][vc_column_text]Se recomienda entre el 60 y el 70 %. Si es adecuada, permitirá que el corcho no quede reseco, deshidratado y por lo tanto evitará la entrada de aire, que en pocos días acabaría por echar a perder el vino[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/3″][/vc_column][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]
Ventilación y olores
[/vc_column_text][vc_column_text]El lugar donde estén los vinos debe tener una buena ventilación para que el sitio esté libre de olores no deseados, los cuales pueden llegar hasta el vino atravesando el corcho.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/3″][/vc_column][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]
Luz
[/vc_column_text][vc_column_text]Las botellas no deben recibir luz directa, es importante utilizar lámparas con filamento de carbón o luces frías indirectas. Los rayos ultravioletas del sol favorecen la oxidación, lo que hace envejecer al vino prematuramente. Lo mejor es conservar las botellas en un lugar oscuro, lejos de la luz solar.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/3″][/vc_column][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]
Tiempo de guarda
[/vc_column_text][vc_column_text]Hay que tener en cuenta que no todos los vinos envejecen igual y que incluso hay vinos que no son aptos para envejecer. Pese a la existencia del pensamiento extendido, los vinos sin crianza, por lo general, no mejorarán con el tiempo.
Los vinos con crianza, en general, se pueden almacenar entre 2 y 10 años para madurar, teniendo en cuenta que también influyen otros muchos factores: tipo de vino, variedad de uva, elaboración, tipo de crianza, graduación, equilibrio entre su azúcar, ácidos y taninos…. Cada vino tiene su ritmo de evolución y maduración.
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