Las fiestas navideñas son época de encuentros con familiares y amigos, buena comida y, como no, una copa de vino. Ante una duda frecuente: ¿cuál puede ser la botella ideal para las celebraciones de fin de año? el experto José Peñín emitió su opinión.
Conocido por crear la Guía Peñín, una de las más respetadas de España, Peñín es toda una referencia cuando de hablar de vinos se trata. En sus palabras, durante el último mes del año, muchos medios tienden a publicar listas de “los mejores vinos para Navidad”, algo que, señala, a veces está sujeto a obligaciones publicitarias.
Explica también que, quizás, muchos piensen que nochebuena o nochevieja son momentos apropiados para destapar alguna de las mejores botellas de su bodega, pero no está del todo de acuerdo. “Estos encuentros familiares no son los escenarios más propicios para descorchar lo mejor de nuestro patrimonio botellero. O sea, los vinos que se distinguen por su personalidad, terruño y exquisitez en la elaboración”, explica en su blog.
En su texto aclara que estas fiestas tienden a ser muy dinámicas, con muchas conversaciones, niños corriendo, comida, risas, molestias y más. “Todos estos elementos dejan exhaustos los sentidos para dialogar con el vino” y apreciarlo en todo su esplendor, dice.
Ante la tradición española y de otros países de ir comiendo tapas y bocadillos toda la noche antes de la comida principal, José Peñín tiene dos sugerencias. La primera, aunque no su favorita, es optar por vinos “con músculo”. “Un vino de impacto, potente o concentrado como un Tempranillo, Toro, Campo de Borja, Priorat o un Montsant para competir con la intensidad y pluralidad de sabores de los variados y copiosos manjares”, escribe.
1. Vino con sensación frutal: Montebaco es el crianza de la casa. Permanece más de un año en barricas mayoritariamente de origen francés, aunque también de roble americano de Missouri. En nariz prodinan los toques de frutos del bosque, especias, minerales y maderas elegantes; en boca se aprecian sus taninos vivos, amables y elegantes.
2. Vino con presencia de frutos rojos: Flaneur Malbec 1170M Gualtallary tinto elaborado a partir de uva Malbec, una de las variedades más extendidas en Mendoza, área de gran tradición vitivinícola en Argentina. Complejidad aromática, donde se mezclan las violetas típicas de la variedad, con diversas notas frutales que aportan personalidad al conjunto. Un vino elegante y sofisticado
3. Vino perfecto para las carnes: Señorío de Villarrica Reserva 2016 Peculiares aromas a fruta muy madura y compotada, frambuesa, cereza madura y grosella. Vino con gran equilibrio entre fruta y torrefactos,
Por otro lado, la recomendación que cree puede ser la más apropiada está en los vinos espumosos, principalmente Cava, Prosecco o Espumante, las variantes más famosas. “Para mí, creo que el vino “apagafuegos”, aunque no el ideal, pero sí el adecuado desde el aperitivo hasta el postre, sería el espumoso”, explica.
Al ahondar en las razones de esto, agrega que debido a su “baja temperatura de servicio, el carbónico, la acidez y la ligereza de su trago”, pueden ir muy bien con cualquier menú debido a su función refrescante e incluso digestiva”.
José Peñín dice que, durante el multitudinario festejo navideño, pocos están realmente al tanto de todas las propiedades organolépticas del vino. Entonces, si lo que se quiere es degustar la bebida de forma correcta, mejor es servir vinos finos en otro momento. Se puede seleccionar un vino de gran calidad y prestigio, sí, pero el experto indica que: “desde el punto de vista subjetivo nos sentiremos satisfechos, pero desde el punto de vista gustativo es posible que el vino discurra sin pena ni gloria”.
Feliz navidad!
